La palabra “mishi” es una forma cariñosa y popular de referirse a los gatos en varios lugares de habla hispana. Su origen tiene algunas teorías interesantes:
Origen en las Lenguas Nativas de México:
Según un informe del diario El Heraldo de México, el término “mishi” tiene raíces en las lenguas nativas de ese país, como el otomí, maya, purépecha, tarahumara y náhuatl. En estas lenguas, existe una palabra que suena muy similar a cómo hoy llamamos a los gatos. Por ejemplo:
En otomí: “mixi” (pronunciado como “mishi”).
En maya: “miis”.
En purépecha: “misitu”.
En tarahumara: “mìisi”.
En náhuatl: “miztli”.
Estas palabras se asemejan al sonido que hacemos al llamar a los gatos, y con el tiempo, se popularizaron como una forma afectuosa de referirse a ellos.
Otra teoría sugiere que el origen de “mishi” se remonta a la llegada de los españoles al Imperio Inca en 1532. Los conquistadores europeos llevaban gatos consigo y solían llamarlos con sonidos peculiares que sonaban como “mishi”. Los incas, al escuchar esto, creyeron que se trataba del nombre de la especie.
Así, el llamado que sonaba como “mishi” o “michi” se arraigó en algunos lugares para referirse a los gatos.
En resumen, ya sea por influencia de las lenguas nativas mexicanas o por la llegada de los españoles, la palabra “mishi” se ha convertido en una forma cariñosa y familiar de hablar de nuestros queridos felinos.